No es la primera vez que hablo de mi lesión en el hombro; creedme, a nadie le gusta pasar cinco meses hablando de una lesión. Trate de ignorarla, hacer como si no existiese con la vaga esperanza de que la falta de atención hiciese que se aburriese y se marcharía ella sola a otra parte. Trate trabajar en el gimnasio y de reintroducir las palas grandes para ver si todo se debía a una falta de fuerza. Trate de modificarle las series y obviar la mariposa dentro de los estilos, pero siguió molestando, y, en ocasiones, con especial atención tras nadar con neopreno en el mar, volvió a doler con más fuerza.
Estando en Madrid la semana pasada, decidí visitar a otro traumatologo con buen currículum en la materia y fué entonces que le vi las orejas al lobo. Tendinosis confirmada, es decir, una tendinitis mal curada, crónica, como una cuerda desgastada, deshilachada y remendada con hilo de hilvanar. Me propuso una terapia conservadora y, si esa no funcionaba, la terapia agresiva. Como ahí no quiero llegar, la conservadora tendrá que funcionar. Es por ello que he decidido aprovechar las sesiones de rehabilitación con tecarterapia y demás al máximo, darle prioridad a mi supera espinoso y no nadar el tiempo que sea necesario. Eso incluye no competir en el próximo mes y dedicarme a pedalear, correr y trabajar el gimnasio.
Esta semana no he llevado muy bien anímicamente el hecho de tener que cancelar la copa de Europa de Banyoles, ni la de Larache, ni… Pero hay que pensar a largo plazo y no dejarse llevar por las emociones negativas. Siento no poder darles todavía a mis patrocinadores el espectáculo que se merecen. En cualquier caso, espero que mi experiencia en el proceso de curación de una lesión le sirva a alguien que se encuentre en una situación similar para animares y curarse ellos también.
Marta Jiménez 